27 enero 2007

Tribunal Constitucional y Píldora del Día Después

Rodrigo Bordachar Urrutia
Germán Westhoff Maureira
Ideas Públicas

El 11 de enero pasado el Tribunal Constitucional (TC) dictó sentencia luego del requerimiento que le formulara un grupo de parlamentarios contra la Resolución Exenta del Ministerio de Salud que aprobó las “Normas Nacionales sobre Regulación de la Fertilidad”, por la cual se autorizaba, entre otras materias que regulaba, a menores a partir de los 14 años a recibir la denominada Píldora del Día Después sin el consentimiento ni el conocimiento de sus padres. Mucho se ha discutido en las últimas semanas sobre el alcance de dicho fallo, que terminó por declarar inconstitucional la Resolución ya señalada.
En efecto y para aclararlo desde ya, el TC no declaró en sí misma la distribución del aludido fármaco como inconstitucional, sino que se remitió a señalar que la Resolución Exenta N.º 584 que la autorizaba no era el vehículo jurídico válido para reglamentar esa y las demás políticas sobre regulación de la fertilidad. Esto en razón que a juicio de dicha magistratura e interpretando la Constitución, es el Presidente de la República quien debe, por medio de un decreto supremo, fijar las políticas y planes nacionales y no la Ministro de Salud, como fue el caso impugnado. En resumen, aunque tenía la forma de resolución, materialmente se regulaba materias propias de un decreto, fundamento que incluso fue apoyado por un informe de eminentes juristas como don Enrique Silva Cimma, don Alejandro Silva Bascuñán y don Francisco Cumplido, académicos ligados al pensamiento de la Concertación.
Se ha sostenido por algunos abogados y profesores universitarios que lo que ha hecho el TC con su sentencia es prohibir que el Gobierno dicte normas referidas a políticas públicas, específicamente en este caso, de salud pública. Pero de la simple lectura de la sentencia se comprueba lo contrario: se reafirma esta facultad, señalada tanto en la Constitución como en distintos cuerpos legales, pero previene en que ello debe hacerse por las vías jurídicas idóneas, como sería un decreto supremo. Otros, en tanto, han intentado asociar este fallo a una influencia de la Conferencia Episcopal, que se manifestara en la víspera de la sentencia contra el método de contracepción de emergencia denominado Píldora del Día Después.
Nos parece particularmente grave que se trate de desprestigiar a una Magistratura cada vez que un fallo o sentencia es adversa a los intereses de un grupo, sin entrar a discutir el fondo de la cuestión, por cuanto comienza a atacarse de manera indirecta las bases de la institucionalidad de una república.
Con todo, creemos que hay que resaltar un aspecto especialmente grave y complejo de los argumentos vertidos por la Presidencia de la República para rechazar el requerimiento de inconstitucionalidad formulado por los parlamentarios: se señala que uno de los objetivos de las Normas Nacionales sobre Regulación de la Fertilidad es “superar las desigualdades existentes entre hombres y mujeres respecto del control y ejercicio de la salud sexual y reproductiva”. En definitiva, el Ejecutivo insinúa con eufemismos que la maternidad termina siendo una cadena que ata a las mujeres a una desigualdad respecto de los hombres, lo que del todo termina por desnaturalizar el rol de madre de la mujer y lo que en verdad significa un hijo para ellas.
Por lo pronto, el Gobierno está ad portas de firmar el Decreto que sustituye a la Resolución Exenta declarada inconstitucional por el TC. Igualmente los mismos parlamentarios requirentes se preparan con un nuevo recurso, a la espera que ahora el Tribunal Constitucional se pronuncie sobre el fondo del asunto y determine si la distribución de la Píldora del Día Después es contraria a nuestra Carta Fundamental.

8 comentarios:

Felipe Andrés C.R. Lizama Allende dijo...

Saludos Rodrigo de parte de un ex alumno tuyo. Con agrado he encontrado este blog y la columna en torno a un tema muy importante, cal es la distribución de la píldora del día después. Soy un convencido (más allá del Estudio del fallo) que cuando el TC se pronuncie sobre el fondo hará lo que debe hacer, declarar inconstitucional el decreto.

Aparte de las preocupaciones esgrimidas en tu columna, hay otro tema que debe preocupar a todos los interesados en la Defensa de la Supremacía Constitucional, los cuestionamientos constantes y sistemáticos hacia el TC, invocados por la Concertación, desde la expresión "poder fáctico" hasta las elegantes críticas de Carlos Peña en el diario liberal ElMercurio. Creo que debe defenderse la trayectoria del Tribunal, hace años se acabó la ley todopoderosa y el ejercicio absoluto de las potestades parlamentarias, estas deben ceñirse a procedimientos de forma, pero también de fondo más aún si tenemos una constitución axiológica como la Carta de 1980.

Los cuestionamientos también se han dado porque no es un poder "democrático" el que controla el ejercicio de las leyes. Cuestionamiento iluso y absurdo porquees una valoración política a un Tribunal de Derecho, (no obstante los efectos de las sentencias en la opinión pública). Hay que cuidar la Constitución, cuidarla de la Concertación y sus intentos por convertirla en norma programática (ahí tenemos el art. 3 y el 6) pero por sobre todas las cosas, cuidar al "Guardían de la Constitución"
Un cordial saludo.
FLA.

Rodrigo dijo...

Gracias, Felipe, por tu comentario. Esperamos que difundas este espacio.

Donatello dijo...

Usted dijo: "el Ejecutivo insinúa con eufemismos que la maternidad termina siendo una cadena que ata a las mujeres a una desigualdad respecto de los hombres, lo que del todo termina por desnaturalizar el rol de madre de la mujer y lo que en verdad significa un hijo para ellas."

Esa frase me produce serias inquietudes. Personalmente estoy en contra de aquellas posturas que veneran a la maternidad y hacen parecer a la paternidad como un mecanismo parental imperfecto que por "naturaleza" está en desequilibrio y menoscabado por la inigualable maternidad. Un hijo significa lo mismo para las madres y para los padres. En ese sentido, creo que efectivamente las políticas públicas deben orientarse a evitar las desigualdades sociales y económicas que produce en las madres solteras una maternidad "mal avenida".
¿Por qué negar la píldora?. Así como el Sr. Lizama dijo que hay que cuidarse de la Concertación, yo llamo a cuidarse de los intentos hipócritas de la Derecha por destruir las campañas gubernamentales pro-sexualidad segura.

Cristóbal H dijo...

Yo creo que las madres tienen que escoger. La legislación chilena protege mucho más la vida del que está por nacer, lo encuentro válido, pero a la larga es como si la mamá de esa guagua fuera un cajita de cartón, un medio para que el bebé salga al mundo.¿Y qué pasa con las violaciones y con las guaguas que tienen notorias complicaciones mucho antes de nacer?¿Es necesario hacer que las jóvenes madres pasen por ese calvario?

De todas formas, si creo que estuvo mal la forma en que el Gobierno se pronunció sobre este tema, pero ciertamente creo en el efectivo uso de la píldora.

Felipe Andrés C.R. Lizama Allende dijo...

el señor donatello iba muy bien en su razonamiento hasta que llegó a la descalificación sin sentido, el tema de las campañas es distinto por cuanto lo correcto (en una sociedad democrática, tolerante y pluralista) sería mostrar todas las visiones, ¿o es que el señor donatello quiere sólo que se exponga la suya?

Donatello dijo...

Sr. Lizama: Efectivamente en las campañas hay que mostrar todos los puntos de vista. No obstante, existen cuestiones elementales que en cualquier estado de derecho no se cuestionan (menos en Chile, por lo que veo), como la libertad de elección. Ergo, si su mujer se niega a consumir la pastilla, respetable, pero existen personas que no están dispuestas a sujetarse a voluntades hexógenas, de modo que otra mujer podría optar por consumir la píldora, como lo demuestran los números.
La derecha se jacta de ser "liberal" en materia económica, y quizás (espero que no se ofenda esta vez) les haga bien extrapolar un poco esa liberalidad a estos temas.
Si quiere, no la use, pero no porque usted no quiera usarla los que quieren usarla se van a abstener de hacerlo. Exprese su punto de vista si quiere, pero conserve los límites, porque hay gente que puede opinar diferente. La diversidad es sana.

Anónimo dijo...

Ustedes que predican tanto acerca de la moral y las buenas costumbres. Por qué no fomentan una educación sexual completa, profunda, inteligente, y ahí se ahorrarían todas estas discusiones. Mientras sus conversaciones estén llenas del pacatismo típico, en doble estándar (como siempre), estaré siempre de acuerdo con la Píldora del Día después. Si están tan preocupados por "la vida", porque no van a recoger a algún niño de una población o de un orfanato y le dan una vida digna bajo su alero. Como es obvio que no lo hacen, es ahí donde se demuestra su mente limitada y poco práctica. ¿Qué pasa con la vida que ya existe, que la vemos y la palpamos día a día, que elegimos ignorarla? Bueno, como es obvio que se percignarán y me harán la cruz, me limito a estar contenta, COMO MUJER, de que tengo el derecho a elegir. Chan, chan...Adieu.

Rodrigo dijo...

Estimada Lectora Anónima:
No crea que este autor no es partidario de la educación sexual. Muy por el contrario, soy un profundo promotor de la misma. De hecho, hay iniciativas privadas de lo que usted podría calificar como "nuestro sector" que llevan la educación sexual a colegios de distintos niveles sociales y no sólo a las élites, como podría suponerse. Además, sobre su idea de "recoger niños" también hay inciativas, como los colegios Noceda y Almendral. Es posible, mi estimada, lo que importa es darle a las personas (y no únicamente al Estado) las herramientas para promover una educación sexual que no tema al uso de la palabra placer, pero que además asuma que el sexo lleva aparejadas dos variables: amor y responsabilidad.
Escapa un poco, aunque se relaciona, lo de la píldora, que más que nada iba a un ataque al aborto, porque, se quiera o no, el niño que está pr nacer es vida, y tiene tanta vida como la foquita de Canadá que matan a palos y que tanto defienden algunos promotores de los deechos animales. Tiene una vida aún más rica, porque tiene dignidad.
No se trata de doble estándar, Lectora Anónima. Es más, este autor (calificado muchas veces como liberal por sus comuneros doctrinarios) no se opone, por ejemplo, a que en sectores populares, donde el sexo juvenil es tan frecuente como comprar el pan, se le provean de medios anticonceptivos. Eso sí acompañados de consejería, porque no pdemos dejar entregado el sexo sólo al placer, sino, como le he dicho, al amor y la responsabilidad.