07 mayo 2008

¿Tiene la izquierda un discurso coherente en materia de Derechos del Hombre?

El 28 de abril de 2005 dos mujeres se enfrentan en un debate televisado. Ambas pretenden ser la candidata presidencial de su coalición. En la segunda ronda de preguntas, Amaro Gómez-Pablo le pregunta a una ex ministra de Salud y de Defensa sobre si está a favor de firmar el TLC que se estudia alcanzar con China, país que viola los Derechos Humanos. La candidata contesta que “si se comprobaran esas acusaciones jamás firmaría un TLC con China”.

En los últimos meses, a partir de los Juegos Olímpicos que se preparan en China, hemos sido testigos de algo que todos sabían (menos la candidata presidencial en el debate al que he aludido): La sistemática violación de los derechos humanos en China. Ejecuciones colectivas (sobre todo en el Año Nuevo Chino, que sirve para depurar a la sociedad de los “malos elementos”), restricciones a la libertad de prensa, privaciones de libertad a quienes hacen pública crítica al Régimen Comunista que gobierna (recientemente un blogger fue condenado a prisión por criticar en su página Web las prácticas del gobernante partido comunista). Y el sector político con “vocación” protectora de los derechos del hombre guarda cómplice silencio, y lo que es peor, acusa a quienes denuncian que deben atenerse y hacerse responsables de los perjuicios que este acto puede acarrear a Chile y su comercio internacional.

Por su parte la Cámara de Diputados aprobó un proyecto de acuerdo por el cual se condenaban la violación sistemática de los derechos humanos en China. Fue aprobado con los votos de la derecha, los independientes y algunos diputados de la Concertación. Paradojalmente el rechazo vino exclusivamente de la izquierda. Horas más tarde, un diputado PPD y ex embajador, señalaría los riesgos que para nuestro país entrañaría dicho acto.

Pertenezco a una generación que no carga con las odiosidades del pasado y que cree en que una sociedad libre es posible de la mano con una correcta protección de los derechos humanos. Sin embargo, no puedo dejar de remarcar el doble discurso de la izquierda chilena en materia de derechos del hombre.

Durante buena parte de los últimos 30 años, activistas, parlamentarios y políticos -principalmente de izquierda- se transformaron en protectores de los derechos humanos, iniciando campañas, presentando querellas en tribunales nacionales e internacionales por actos atentatorios a los derechos del hombre (principalmente el derecho a la vida) que se habrían perpetrado tras la intervención militar de 1973. Hasta entonces, la defensa de los DDHH parecía ser monopolio de la izquierda mundial.

Valga un ejemplo: hace un par de semanas hemos visto como muchos políticos chilenos ensalzaban la figura de Fidel Castro al dejar la presidencia de Cuba, por la “altura de estadista” y su “sabiduría” en dejar su puesto, pero no escuché ni leí ninguna crítica a las décadas de exilios, de las torturas, de las restricciones a las libertades individuales, persecuciones y muertes a homosexuales en la isla, entre muchos otros atentados a los derechos del hombre. Eso no cuenta…


Permítame traer a colación que la misma candidata, hoy Presidenta, expuso en campaña con profusión sus (lamentables) vivencias como torturada política y las vejaciones que ella y su madre sufrieron durante el Gobierno Militar. De hecho, en Francia, donde resido actualmente, es de las cosas que más se destacan de su persona.

El Dalai Lama, exiliado como ella, por el Gobierno de China solicitó audiencia con la Presidenta en los inicios de su mandato. Tristemente el Premio Nobel de la Paz no pudo ser recibido por “problemas de agenda”. Quizás no tenía la altura política de la que gozan Miguel Bosé, Shakira, Antonio Banderas, Penélope Cruz u otras estrellas, que sí han tenido acceso a la apretada agenda de la Primera Autoridad del país.

La Declaración Universal de Derechos Humanos proclama en sus artículos 3 y 5 los derechos a la vida, a la libertad, a la seguridad, a no ser torturados. Chile la firmó, por si no lo recordamos, o sea es ley de la República. No lo hicimos “por cumplir”, sino que porque nuestro país tiene (no es monopolio de un sector) vocación por los derechos humanos. Los derechos del hombre no tienen color político, deben respetarse siempre, sin importar quién los viole.

“He conocido muchas personas que sólo expresan horror ante los quebrantamientos de derechos humanos cuando son sometidas al impacto sensible de los hechos, pero que están prestas a olvidarse de ellos si se les libera de dicha emoción sensible. Lo que no vean, no sepan y no se sepa –o se olvide- no les importa realmente”. (Jaime Guzmán Errázuriz, La Segunda, 24 de mayo de 1985).


Rodrigo Bordachar Urrutia
Abogado

3 comentarios:

Anónimo dijo...
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cristian dijo...

Debes comprender que, en la mentalidad socialista, el concepto derechos humanos es aplicable unica y exclusivamente a humanos con ideas izquierdistas.
Los que no, son vidas desechables.

cristian dijo...

Entretenido bloggear y dialogar con tigo....